¿Cuántos cestos de fibras vegetales tienes en casa? Seguro que más de uno ¿a que sí? Bien sea para guardar la ropa de lavar, como revistero o en el cuarto de los niños nos son siempre de gran utilidad.
Según su procedencia los cestos son tejidos a mano con diferentes técnicas artesanales. Y son elaborados con distintos tipos de fibra, tales como babmbú, banano, cibaque, maguey y palma.
Para almacenar todo tipo de cosas
Es obvio que la función principal de un cesto es guardar cosas dentro de él. Así que puedes aprovechar y utilizarlo también como elemento decorativo y según la estancia para almacenar una cosa u otra.
En el recibidor o en el salón puedes usarlo como paragüero, revistero o para guardar mantas y cojines en invierno.
Si tienes chimenea en casa son ideales para almacenar la leña.
En la cocina te puede venir genial como sistema de almacenaje en general.
Perfectos para mantener en orden todo tipo de accesorios y utensilios, guardar frutas y verduras, mantelerías, cubiertos, etc.
Asimismo, en el cuarto de baño puedes usarlos como cesto para la ropa sucia, para guardar toallas e incluso los rollos de papel higiénico.
En tu dormitorio puedes utilizarlos para guardar todo tipo de ropa y complementos. Pañuelos, zapatos, etc… así los tienes más a mano que dentro del armario pero sin estar a la vista.
¿Qué os te parecido todas estas aplicaciones que puedes dar a los cestos?